Entrando a cursar la segunda mitad del año nos encontramos con buena parte del maíz de segunda cosechado. Los rendimientos oscilan dentro del rango estimado (4500-6000 kg/ha), dándose algún caso con valores inferiores producto de un déficit hídrico más acentuado y por presencia puntual de enfermedades (carbón de la espiga).
En lo que refiere al avance de siembra de cultivos de invierno, se está finalizando con la misma en el correr de estas jornadas, habiendo sido un tanto extensa y discontinua debido a las condiciones climáticas reinantes durante el mes de Junio.
Colza
En el informe anterior se hizo mención a la buena implantación lograda sobre rastrojos de maíz de primera, quedando por definir la misma en las siembras efectuadas sobre antecesor soja (1ra). Afortunadamente para el grueso del área sobre esta situación se registró un buen establecimiento del cultivo.
En cuanto al estado fenológico se cuenta con dos situaciones bien marcadas, las más tempranas se ubican en estadio de roseta avanzado- inicio de elongación, y las más retrasadas se encuentran en torno a B3 (roseta).
En ambas situaciones se evidencia buen crecimiento, generando un potencial de rendimiento aceptable a la fecha, dejando claro que aún queda mucho ciclo por delante.
Es conocida la importancia de llevar a cabo los tratamientos de protección de rendimiento y las fertilizaciones correspondientes con N y S en estas etapas, las cuales se están ejecutando en el grueso de las chacras.
Haciendo referencia a la sanidad del cultivo, se ha constatado desde estadios tempranos presencia de Phoma lingam, con avances de severidad que llaman la atención en relación a zafras anteriores.
Esto es lógico que suceda debido a que se ha incrementado exponencialmente el área del cultivo en los últimos años y a su vez en muchas chacras es un actor importante de la rotación, aumentando la presión de inoculo en las mismas.
Ahora bien, tengamos en cuenta que estamos frente a una enfermedad vascular que no se debe subestimar ya que existen experiencias del pasado en el cual se generaron epidemias con este tipo de enfermedades (Girasol); es recomendable actuar desde momentos iniciales con controles químicos a base de fungicida.
Otra enfermedad constatada en algunas situaciones fue “mildiu”, con la cual no tenemos experiencia en su manejo.
Un campo verde
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Trigo y Cebada
En lo que refiere a la siembra de cereales de invierno, las mismas se vieron un tanto forzadas con el objetivo de ubicar temporalmente en fechas óptimas ambos cultivos, así y todo, costó mucho llevarlo a cabo de esta forma.
Un claro ejemplo es que al 10 de Junio de la zafra 2020 estábamos con prácticamente el 100% del área sembrada y este año para esa fecha apenas se contaba con el 45%; al día de hoy las mismas se están finalizando.
En lo que centra a implantaciones, si bien queda un área importante por evaluar, se ha constatado que para las fechas de siembras más tempranas (fines de mayo) el trigo logró establecerse de forma aceptable, no siendo tan así para cebada, en donde se vio un stand de plantas muy reducido en las zonas de chacra que presentan un drenaje imperfecto, habiendo tenido que re-sembrar gran parte de esta (10% del área total).
Debido a la interrupción de la siembra por precipitaciones, hoy se cuenta con dos situaciones bien diferenciadas para el estado fenológico.
Los cultivos más avanzados están ingresando a Zadoks 2.2 (macollaje) y los que vienen más relegados oscilan entre emergencia y Zadoks 1.2. En la primera situación se ejecutarán labores de tratamientos de herbicidas y fertilizaciones correspondientes a base de nitrógeno.
Consideraciones finales
A modo de cierre, se comenta que para canola se cuenta con chacras que vienen generando un buen potencial de rendimiento a la fecha producto del crecimiento acumulado, dejando claro que falta gran parte del partido por jugar.
En lo que refiere a trigo y cebada las condiciones climáticas fueron un tanto adversas para poder ejecutar las siembras de forma continuada y en fechas óptimas, pero se infiere que se van a lograr buenas implantaciones (detalle no menor).
Esta claro que los precios de los granos están en un muy buen momento, por lo cual no hay que quejarse, pero es super importante tener en cuenta que la producción es un negocio y lo que importa es la rentabilidad del mismo. También hay costos y estos aumentaron de forma considerable, incluido los arrendamientos (actor muy importante), lo cual se traduce en presupuestos de cultivos casi idénticos y un tanto más riesgoso que los de zafras anteriores.
El mensaje aquí es claro, debemos producir con el mismo entusiasmo y optimismo de siempre, pero sin bajar la guardia en ningún momento. Esperemos que esta zafra pueda acompañarnos de la misma forma que lo hizo el invierno anterior.
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